MIEL BIALDEA EZTIA - PRODUCTOS

LA MIEL

Es un alimento producido por las abejas a partir del néctar de las flores y del mielato que recogen de las plantas y árboles, las transforman, enriquecen y las depositan en las celdillas de los panales de cera de la colmena. Es energética por su contenido en azucares simples, que son asimiladas rápidamente por el organismo, contribuyendo al mantenimiento del esqueleto (calcio) y a la regeneración de la sangre (hierro).

El apicultor obtiene la miel al recolectarla de las colmenas.

EL POLEN

Las plantas con semillas producen microsporas (granos de polen) que tienen una cubierta resistente que facilita que las abejas los transporten desde las plantas que los han originado, a otras (polinización), tras la cual, se produce la germinación. La mayor parte del polen nunca llega a su destino, sino que acaba en el suelo.

Son muy pocos los animales que pueden alimentarse de polen como las abejas, las cuales lo almacenan en los panales, agregan sus enzimas, tapan este polen con una capa de miel a fin de que sea un proceso anaerobio y, tras unas semanas, el polen se transforma en lo que los apicultores denominan pan de abeja. En esas condiciones el polen resulta digerible, obteniéndose de él todas las proteínas, grasas, minerales, oligoelementos, etc.

El polen una vez tratado no contiene mas de un 17% de humedad. Es deshidratado porque si no se enmohecería y fermentaría.

LA JALEA REAL

La jalea real es una sustancia viscosa de suave color blanco-amarillento y sabor ácido, que es segregada por las glándulas hipofaríngeas de la cabeza de las abejas obreras jóvenes, que mezclan con secreciones estomacales. Las abejas generan entre 250 g. y 300 g. de jalea para la alimentación de las reinas.

Son alimentadas con jalea real pura todas las larvas durante sus tres primeros días, y la reina durante toda su vida. Tras el tercer día las obreras pasan a consumir un concentrado de miel, agua y polen.

La diferencia en la administración de tan extraordinario alimento hace que tengan un ciclo evolutivo, una capacidad genética y una longevidad claramente diferenciada. Las obreras viven tan sólo de 30 a 45 días, y la abeja reina unos 5 años, además de tener un mayor tamaño y una gran vitalidad para la reproducción.

Durante el invierno, las glándulas hipofaríngeas de las abejas se inactivan y en primavera vuelven a activarse. La biosíntesis de las primeras fracciones de jalea real tiene un valor cualitativo menor, y a medida que se van activando las glándulas, va aumentando la calidad de la jalea. La proporción de ácidos orgánicos varía mucho dependiendo del envejecímiento de la jalea. Las elevadas temperaturas aumentan su proceso de envejecimiento. El aire, la luz y el calor modifican profundamente las propiedades biológicas de la jalea real y su aspecto organoléptico.

EL PROPÓLEO

El término propóleo proviene del griego propolis que significa “defensa de la ciudad”.

El propóleo es un conjunto de sustancias resinosas, gomosas y balsámicas, de consistencia viscosa, que las abejas recogen de las cortezas de algunos árboles (de los que es su sistema inmunológico) y de las yemas de arbustos silvestres, transportándolo al interior de la colmena, modificándolo en parte con sus secreciones (ceras y secreciones salivares). Gracias a la acción antibiótica del propóleo, que protege de la actividad de virus y bacterias, la colmena es uno de los lugares más estériles conocidos en la naturaleza. El propóleo es lo que garantiza la total asepsia y desinfección de la colmena, verdadero caldo de cultivo de hongos, virus y bacterias, a causa de la temperatura y humedad de la misma.

Con él sellan las grietas y embalsaman cadáveres de intrusos que no pueden expulsar por su tamaño, impidiendo que se propaguen infecciones en el interior del colmenar.

El própolis es usado para la curación de heridas desde tiempos remotos.